No podemos vivir al margen del sufrimiento y a pesar de ello, nadie nos enseña a hacerle frente.
Le dedicamos muchas horas a nuestro trabajo, hogar, hijos, obras, proyectos.. sin embargo ¿cuánto tiempo le dedicamos a aprender a vivir una separación, una enfermedad, o la muerte de un ser querido o a la nuestra propia?
Dedicamos mucho tiempo a prepararnos en el ámbito laboral, hacemos una carrera, módulo, master, cursos y sin embargo … ¿cuánto le dedicamos a aprender o a que nos enseñen a gestionar las emociones que nos embargan y que se entremezclan cuando perdemos algo o a alguien?
¿qué podemos hacer con ese enfado, rabia, tristeza, ira, añoranza, desesperanza, culpa, odio, cansancio, apatía, liberación… y sobre todo ese grandísimo dolor que no para de presionarnos?
¿qué me puede ayudar y aliviar ese sufrimiento? Preguntas que nos asaltan constantemente ¿por qué mi hijo, mi madre, yo, por qué se ha quitado la vida, por qué he perdido mi trabajo?
Y si…
"Nadie puede explicar el porqué y el cómo, solo tú atravesando la experiencia encontrarás las respuestas."
“El duelo es una respuesta natural a un acontecimiento natural”, es un camino con corazón, cuando hablamos de nuestras pérdidas tenemos que hacerlo desde el corazón, de otra manera lo estaremos trabajando desde la mente y desde ahí no podemos resolver las experiencias de pérdida
Cada persona responde al dolor de distintas formas y para no sentirlo: negamos, racionalizamos, huimos, nos agitamos, lo soltamos, lo evitamos, lo bloqueamos, lo desconectamos… Con este bullicio de emociones a veces podemos pensar que nos estamos volviendo loc@s y es muy normal todo lo que acontece en nuestra mente.
Lo que sí es necesario es expresarlo, despedirse, compartir todo aquello que nos está ocurriendo sobre todo con aquellas personas que están atravesando lo mismo
Hay duelos que se enquistan y ese dolor nos desborda; todavía quedan cosas por expresar, si no decimos adiós parece que no nos hubiésemos despedido, se queda abierto.
El problema de tapar un duelo es que va creciendo, tenemos miedo a expresar porque emerge de nuevo el dolor y a la vez se produce una gran satisfacción sobre todo al expresar algo que es tabú.

Te acompaño dos días al mes a explorar como respondes al dolor, como gestionar las emociones que emergen, cuál es la fase en la que te encuentras, hablar de lo que no se habla y a encontrar respuestas a tus preguntas.
Vamos a expresar con palabras y a través del cuerpo (con la técnica TRE) todo aquello que está pugnando por salir y que evitamos, aliviar nuestro sufrimiento, atravesar el dolor de una manera sana, ver que estas reacciones que nos abruman son las reacciones normales de un duelo.
Con la técnica TRE en el duelo
- aquello que está estancado se libera
- la intensidad de las emociones es menor
- el dolor se atraviesa con más calma
- la aceptación de la pérdida es más liviana